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nino-muncc83oz_scorpion-key-art-vertical-e1409924520990Alguna vez me pasó algo similar con The Following: una serie mala (al menos en tanto a lo predecible, esperable, cliché, más de lo mismo, etc) que sin embargo me resulta divertida, me engancha; logra convencerme de seguir mirando, pese a todo. Así me pasa con scorpion.

 

A los dos minutos de serie, literalmente, me interesa, porque el protagonista es un nerd, que no puede con las minas y que se muere de hambre (como para que vayan entendiendo lo que les decía de predecible, cliché, más de lo mismo, etc.). Arranca con un flashback, que presumo que será recurrente, como para no fallarle a ninguno de los items en la lista básica de series de estos días. Así que me interesa, quiero ver. Y no pasan del minuto 10 y meten un error horrible, bajísimo, simpplísimo (y eso sin mencionar que el nerd, genio de elevado IQ es... ¡Sí, adivinaron, «hacker»!).

 

Hace unos meses les planteaba —via facebook— la hipotética situación de que nos quedáramos sin nada, de que volviéramos a cero, como civilización, de que nos faltaran las cosas más básicas, y les preguntaba cuál sería, en su opinión, el invento o descubrimiento más importante de la historia del hombre. Yo elegía la electricidad o las ondas radiomagnéticas, pero bien se puede debatir el asunto. Todo esto surgía de un capítulo de Connections, con James Burke, en donde se analizaba la historia hacia atrás, comenzando, por así decirlo, con un gran apagón en la costa este de los Estados Unidos, en los setentas si no recuerdo mal.

 

Parte importante de ese informe era un avión que había estado en el aire en ese momento, y que se las vio en figurillas para aterrizar. Y aterrizó. Pero sin energía eléctrica era realmente difícil. Ponele. Detalles aparte. Y aterrizó.

 

Scorpion parte de la premisa de que el software que se usa en LAX (el aeropuerto de Los Angeles) es hackeado, y entonces no pueden comunicarse con los aviones, y entonces tienen 56 aviones en el aire que si este muchacho no logra aterrizar (por medio de arreglar el soft en tiempo recordísimo) se van a estrellar y desastre destrucción muerte apocaliksi ahahahaha. Ok, todo fenómeno. Salvo que los aviones se comunican por ondas radioeléctricas/magnéticas (y no se ven afectadas por un soft, que yo sepa), y que los aviones tienen procedimientos definidos para estos casos, y que pueden ir a aeropuertos alternativos, y que pocos espacios aéreos (al menos en un lugar como usa) están cubiertos por una sola torre o frecuencia, y que varias cosas más.

 

De más está decir que ahí va el genio y su troupe (sus amigotes de alto IQ, alla TBBT) a salvar al mundo. A regañadientes, claro.

 

Hay una chica linda, claro, para que el flaco, bueno, ya la ven venir, obvio. Mientras, el señor le grita el tiempo antes de que el primer avión se caiga. Cosa que, dejen que les reitere, es casi imposible que suceda (en estas circunstancias, claro). Un poco de House, algo de Lightman, Bazzinga, claro, y la premezcla de series siglo XXI, y salís andando.

 

Es como la peli esa con kenu rivs que se hacía mierda el micro? Bueno, pero van menos de veinte minutos del capítulo uno. Jijiji.

 

Les seguiría contando, pero el grado de inverosimilitud que manejan es muy jodido, de veras. Es como Chuck Norris a la cien mil potencia, a la cien mil potencia. Tremendo.

Ah, y agregame medio kilo de Rainman, me olvidaba! (en versión niño, ojo!)

 

La parte que más me gusta es cuando un avión (un jetliner) baja de ¿30 mil? ¿10 mil? pies a 100 ¡en un minuto! Eso, al menos, dice el capitán... Y el loco, entonces, se conecta con la compu del avión y se descarga una copia del soft. A una tasa de transferencia de, no sé, sacá la cuenta, setenta gbps, no sé... Con un cable, se conecta. Se, con un cable.
Y después de eso, bueno, se puso remil trucho ya, porque hasta a mi se me ocurrió la solución al problema del diferencial de velocidad.

 

Un avión choca contra la torre de control, y sigue volando. Y los pibes remontaban barriletes.

 

Pero en suma, lo que venía a decirles, no era lo mala que era la serie, sino lo divertida que resultaba si uno iba a confesarse y admitía, desde el vamos, que pésima como es, te puede hacer pasar un buen rato, sacarte unas lindas sonrisas.

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