El humo hace salir a las ratas
Me pasó esto muchas veces: tener ganas de hacer un post, y por uno u otro motivo, en general falta de tiempo, la cosa se posterga. Hasta que un día resulta que la profecía se cumple. O algo así:
Una de las tantas teorías que sostengo, y que me afloran cada tanto, indica que estamos rodeados de fachos. Pero no es una cuestión filosófica, ni siquiera sociológica o matemática: es mero sentido común. Mientras estaban los milicos, así como mientras estaba Adolf en otra época, un montón de gente –UN MONTÓN DE GENTE- estaba a favor, apoyaba la causa, veía el asunto con buenos ojos, apañaba, etc. Como siempre, los ciclos se suceden, cambian los gobiernos, todo a la larga termina, y los fachos dejan el poder.
Ahora bien, cuando volvió la llamada democracia, ¿a dónde fueron a para los fachos que apoyaban a los milicos? Un grupo de pocos siguió de su lado abiertamente, otros se guardaron, otros se pajean pensando en Cecilia Pando, en fin. Pero están ahí. No sean tan idiotas de creer que se reformaron, por favor.
En mi tierna adolescencia frecuenté muchos lugares, escuché muchas bandas, conocí mucha gente. Yo era, no le reniego a la clasificación, marcadamente punk. Y es sabido que muchas bandas skin tocaban punk-rock, y muchas bandas punk-rock tenían seguidores skins. Pasé más de una noche en compañía de estos señores de borcegos y camperas Alpha, y vi más de una cosa desagradable. En el ámbito, los skins eran bien conocidos, y hasta el General (el líder, digamos) era un tipo bien conocido por todos, por su indumentaria, su amplia espalda, y sus casi dos metros de altura.
Tipos como Hugo, cantante de Doble Fuerza, o el mismo Flavio, o los Comando Suicida, estaban bien emparentados con el asunto (no tengo ganas de debatir con nadie si eran skins o no, no es el punto, y son gente que poco me importa). Era muy común que, tarde en la noche, el festipunk se llenara de botas. Alguna vez incluso llevé mis trece años al galope cuando la entrada a un recital de Los Violadores se volvió una batalla campal entre skins y punks.
Pero no me quiero desviar. Decía que los fachos están. Y estos fachos estaban. Y un día, mucho después de esto, pero no hace tanto tampoco, mataron a un pibe en Belgrano. Y después de eso, tiempo después, algunos cuantos ajusticiaron a un skin en Parque Rivadavia, y se armó lindo revuelo. (el Parque Rivadavia es bien conocido por albergar, más o menos abiertamente, puestos de difusión de material skin o similar).
Por supuesto se discutió mucho al respecto, de si estaba bien o mal, de quiénes eran esos tales “skin”, de quiénes los que habían desplegado su ira, en fin, debate. Y después el asunto pasó. Y los skins se “guardaron”. Perdieron la popularidad que alguna vez tuvieron, y se llamaron a silencio.
Pero nada más: solamente están callados. Si eran fachos ayer, muy probablemente lo sean hoy. Tengamos cuidado, porque están esperando que bajemos la guardia. Y con tanto Tinelli y drogas y Bucay, capaz que lo logran. Y mientras nosotros miramos para cualquier otro lado, ellos siguen en la suya, que no es la nuestra.
Hoy vi esto:
Y ahí me acordé que no había hecho el post. Y me pregunté quiénes serían estos pibes. Empecé a contestarme que no conocía a ninguno, pero ¿acaso tienen un mundo aparte? ¿No van a la misma facultad que muchos de nosotros? ¿No veranean en los mismos lugares? ¿No van al mismo supermercado, o al mismo kiosoco, o en el mismo colectivo, o subte? ¿No transitan las mismas veredas, ni tienen blogs o flogs o Xlogs? ¿No juegan a la pelota en la misma canchita que vos? Están alrededor, por todos lados. Tal vez estos sean más radicales y llamativos, la línea Pando del asunto, pero los hay de todas medidas, formas y tamaños. Y están por todos lados, alrededor tuyo.
Esto no es una paranoia, es simplemente un recordatorio, una advertencia. Sólo hace falta la chispa adecuada para que toda esta horda de infradotados salga a la luz.
Ah, una cosa más: cuando era adolescente era muy efervescente, muy taxativo, y creía que había que exterminarlos. Después crecí, y empecé a pensar en aquello de no comerse al caníbal. Hoy estoy un poco más allá de eso también, y a veces, varias veces, pienso que lo más sano sería llenarlos el orto de trotyl y ocuparnos de otras cosas más importantes que tienen solución.
Una de las tantas teorías que sostengo, y que me afloran cada tanto, indica que estamos rodeados de fachos. Pero no es una cuestión filosófica, ni siquiera sociológica o matemática: es mero sentido común. Mientras estaban los milicos, así como mientras estaba Adolf en otra época, un montón de gente –UN MONTÓN DE GENTE- estaba a favor, apoyaba la causa, veía el asunto con buenos ojos, apañaba, etc. Como siempre, los ciclos se suceden, cambian los gobiernos, todo a la larga termina, y los fachos dejan el poder.
Ahora bien, cuando volvió la llamada democracia, ¿a dónde fueron a para los fachos que apoyaban a los milicos? Un grupo de pocos siguió de su lado abiertamente, otros se guardaron, otros se pajean pensando en Cecilia Pando, en fin. Pero están ahí. No sean tan idiotas de creer que se reformaron, por favor.
En mi tierna adolescencia frecuenté muchos lugares, escuché muchas bandas, conocí mucha gente. Yo era, no le reniego a la clasificación, marcadamente punk. Y es sabido que muchas bandas skin tocaban punk-rock, y muchas bandas punk-rock tenían seguidores skins. Pasé más de una noche en compañía de estos señores de borcegos y camperas Alpha, y vi más de una cosa desagradable. En el ámbito, los skins eran bien conocidos, y hasta el General (el líder, digamos) era un tipo bien conocido por todos, por su indumentaria, su amplia espalda, y sus casi dos metros de altura.
Tipos como Hugo, cantante de Doble Fuerza, o el mismo Flavio, o los Comando Suicida, estaban bien emparentados con el asunto (no tengo ganas de debatir con nadie si eran skins o no, no es el punto, y son gente que poco me importa). Era muy común que, tarde en la noche, el festipunk se llenara de botas. Alguna vez incluso llevé mis trece años al galope cuando la entrada a un recital de Los Violadores se volvió una batalla campal entre skins y punks.
Pero no me quiero desviar. Decía que los fachos están. Y estos fachos estaban. Y un día, mucho después de esto, pero no hace tanto tampoco, mataron a un pibe en Belgrano. Y después de eso, tiempo después, algunos cuantos ajusticiaron a un skin en Parque Rivadavia, y se armó lindo revuelo. (el Parque Rivadavia es bien conocido por albergar, más o menos abiertamente, puestos de difusión de material skin o similar).
Por supuesto se discutió mucho al respecto, de si estaba bien o mal, de quiénes eran esos tales “skin”, de quiénes los que habían desplegado su ira, en fin, debate. Y después el asunto pasó. Y los skins se “guardaron”. Perdieron la popularidad que alguna vez tuvieron, y se llamaron a silencio.
Pero nada más: solamente están callados. Si eran fachos ayer, muy probablemente lo sean hoy. Tengamos cuidado, porque están esperando que bajemos la guardia. Y con tanto Tinelli y drogas y Bucay, capaz que lo logran. Y mientras nosotros miramos para cualquier otro lado, ellos siguen en la suya, que no es la nuestra.
Hoy vi esto:
Neonazis organizaron recital secreto por Hitler
Se desarrollará hoy a las 19 en un lugar secreto de Buenos Aires. La polémica invitación es para "todos los skinheads y nacional socialistas".
Y ahí me acordé que no había hecho el post. Y me pregunté quiénes serían estos pibes. Empecé a contestarme que no conocía a ninguno, pero ¿acaso tienen un mundo aparte? ¿No van a la misma facultad que muchos de nosotros? ¿No veranean en los mismos lugares? ¿No van al mismo supermercado, o al mismo kiosoco, o en el mismo colectivo, o subte? ¿No transitan las mismas veredas, ni tienen blogs o flogs o Xlogs? ¿No juegan a la pelota en la misma canchita que vos? Están alrededor, por todos lados. Tal vez estos sean más radicales y llamativos, la línea Pando del asunto, pero los hay de todas medidas, formas y tamaños. Y están por todos lados, alrededor tuyo.
Esto no es una paranoia, es simplemente un recordatorio, una advertencia. Sólo hace falta la chispa adecuada para que toda esta horda de infradotados salga a la luz.
Ah, una cosa más: cuando era adolescente era muy efervescente, muy taxativo, y creía que había que exterminarlos. Después crecí, y empecé a pensar en aquello de no comerse al caníbal. Hoy estoy un poco más allá de eso también, y a veces, varias veces, pienso que lo más sano sería llenarlos el orto de trotyl y ocuparnos de otras cosas más importantes que tienen solución.
1 opiniones :
bueno, mi comentario en relidad era un poco el mail que publicó... pero me asombra (aunuqe tal vez no debería, y ahí se nota toda mi inocencia) como todo sigue igual igual igual...
es un post difícil para comentar... pero... gracias por publicarlo.
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