Isenbeck

Había escuchado el rumor, el "mito", como tantos más lo habrán escuchado, porque en el ámbito de los negocios es conocido: el pibe de Isenbeck pierde dinero (mucho dinero), pero tiene la empresa porque le divierte. Pensé que era sólo un rumor, un dicho que alguien inventa, o que viene a explicar lo que parece inevitable.

He conocido tres directivos de la empresa, y me lo han confirmado (y no tengo por qué pensar que hayan mentido): el señor de Isenbeck tiene la empresa de puro gusto. No puedo confirmar que la empresa vaya a pérdidas, pero sí que no es rentable: nadie mantendría esa empresa, en esas condiciones, si sólo buscara ganar dinero (porque tampoco nadie niega que el señor quiera ganar dinero).



Hace algunos años, en el 2004, se hizo la publicidad que, ami entender, es el epitome de esta idea. Se lanzó la campaña "Chapitas". Creo que la mayoría de los que la hayan visto la recordarán. La idea era sencilla; tan sencilla que era innovadora, y super efectiva (porque estamos, en el fondo, cansados de que nos tomen por tontos). Entonces Isenbeck se propuso hacer algo simple y transparente. La promo era corta, tenía un sólo señor hablando, sentado en un sillón. El señor te contaba que Isenbeck sabía que Quilmes era la más tomada (una obviedad), pero que Isenbeck era la mejor. Entonces, si vos presentabas una chapita de Isenbeck, y otra de Quilmes, te llevabas gratis una Isenbeck. No podía ser más sencillo.



Esta promo fue catastrófica. Por un lado, Isenbeck regaló millones de cervezas (cerca de 2 millones), por otro lado Quilmes se puso muy nerviosa. Ambas compañías, a su vez, cobraron repentina popularidad: Quilmes demandó a Isenbeck por competencia desleal. Isenbeck sabía que esto iba a pasar; y sabía también que iba a perder mucho dinero regalando cervezas (esto no entra en la cabeza de ningún Director que esté en sus cabales). Pero esto, al señor de Isenbeck, no le importaba.
No le importaba porque el señor tiene mucho dinero, que hace con su empresa en Alemania (más bien su hermano, que vive allá y se ocupa de esa empresa); pero principalmente por el odio visceral que sentía (o siente) hacia Quilmes. Quilmes, además de ser muy muy fea, no llega a los estándares de calidad a los que llega Isenbeck.
Y tan previsto tenían este, que cuatro días después se lanzó el "nuevo" comercial, que en realidad se había grabado junto con el otro.



Otra vez, simple, y al grano, y esta vez mojándole la oreja a Don ¡Pip! un poco más alevosamente. La cosa siguió, y la promo seguía moviendo miles de botellas de arriba. Agulla & Baccetti preparó un tercer comercial.



La publicidad es básicamente la misma, pero se adapta a las necesidades legales (tampoco era cosa de perder dinero porque sí: el efecto podía lograrse igual). Hubo una cuarta, para cerrar la promo.




Y así quedó demostrado que Isenbeck estaba dispuesta a perder fortunas con tal de poder reírse con ganas y con motivos de Quilmes.

En los cinco años que han pasado, la situación no varió tanto, Quilmes sigue teniendo más del 80% de share en cervezas, tiene un concierto horrible, el mismo mal sabor de siempre, y además tiene la licencia de muchas cervezas que son ricas en otros lugares del mundo, pero que acá no les llegan ni a los talones a las originales (eso sí, en comparación con la Quilmes, son ricas, y así, por oposición, venden más; pero el dinero va siempre para los mismos). Y mientras Quilmes se propuso invertir millones en esas publicidades kilométricas, con esos cantantes que tan bien imitan a otros, con historias y canciones y mucha alharaca, Isenbeck se caracterizó, en general, por tener promos más interesantes, más logradas.

La última, una genialidad a mi entender, es Yo nadé en cerveza. La idea, básicamente, es llenar una pileta con cerveza, e invitarte a nadar. ¿Qué tul?
Bueno, pero no.




No, porque parece que algún otro Don ¡Pip! se sintió ofendido o molesto (alguno de estos señores que, aparentemente, no ve nada más importante sucediendo dentro de su jurisdicción) y entonces parece que la provincia de Buenos Aires va a prohibir el concurso, porque, aparentemente, "fomenta el consumo en exceso". Escuche, Don ¡Pip!, ¿usté no vio nunca ninguna publicidad de cerveza, o de bebida alcohólica, o de tantas otras cosas? ¿no le parece que, con su criterio, todas deberían estar prohibidas (como hicieron con los cigarrillos)? Digo, porque a mi no me molesta la publicidad, pero si efectivamente es inapropiada, que la saquen. Pero que las saquen a todas, ¿no? Porque las de Quilmes o el Quilmes Rock, o... esas no tuvieron problemas nunca, ¿no?

Capáz la próxima vez que vayas al super, aunque no la compres (yo mismo no compro Isenbeck), la mires con más cariño. O no, no sé, tal vez comprás Quilmes, viste que hay gente para todo...

3 opiniones :

¡Mondoke! dijo...

Aún recuerdo con nostalgia aquel antro en mi ciudad donde probé la cerveza más rica del mundo, y cuando un tiempo después vi que entraban cajones de Isenbeck. Ese día nació un nuevo amor.
Pero ahora el lugar es un supermercado y no venden Isenbeck en los kioscos cerca de la casa de mi amigo donde siempre nos juntamos.
La vida es triste.

Fender dijo...

Tomo Isembeck desde el primer día, hace mal en no hacerlo.

Subjuntivo dijo...

Voy a tener que probar de nuevo...

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