Lágrimas de cocodrilo

La expresión es bien conocida, ¿a quién no le dijeron de chico que eso eran lágrimas de cocodrilo, cuando lloraba sin motivo, o sin verdadero pesar?

Resulta que hubo quienes, en otros tiempos, notaron que había una tendencia de los cocodrilos a comer, y que en esta actividad, a veces lo hacían con humanos (era en realidad en estas ocasiones que los hombres prestaban atención al almuerzo de los cocodrilos). Y mientras chusmeaban cómo el cocodrilo se manyaba al vecino, notaron que los ojos se le humedecían.

Los bien intencionados habrán supuesto que el cocodrilo lloraba por su naturaleza carnívora; los mal pensados habrán pensado que lloraba porque le había durado muy poco el vecino. Los más ingenuos, habrán pensado que lloraba.

Resulta que el señor cocodrilo necesita, cuando está fuera del agua, mantener sus ojos bien lubricados; y tiene las glándulas lagrimales muy cerca de las glándulas salivales. O sea que el pobre cocodrilo, a la vez que se le hace agua la boca, se le llenan los ojos de lágrimas.

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