Efemérides
La historia se ha contado de diversas maneras, con mayor o menor lujo de detalles, sea más o menos cursi, pero en cualquier caso el meoyo del asunto es el mismo, y es real.
Cuéntase que un buen día un señor inglés, granjero él y de bajos recursos, encontrábase trabajando su tierra, cuando escucha a la distancia gritos pidiendo ayuda. Sale disparando y al llegar encuentra a un joven muchacho hundiéndose en un pantano. Con la ayuda de su hijo lo sacan del aprieto, salvándolo así de una muerte casi segura.
Alertado de la situación, llega al lugar el padre del joven en desgracia, que resulta ser un señor bien acaudalado, quién ofrece al granjero una recompensa en virtud de lo sucedido. Éste rehusa el dinero, pero propone que el señor acaudalado se haga cargo de la educación de su hijo, ya que él mismo no podría afrontar el gasto. El señor accede, y es así como un tiempo después el hijo del granjero se encuentra estudiando en una universidad de muy alto renombre, de la cual se recibe.
Muchos años después, Winston, el hijo del señor acaudalado, se encuentra en cama, a instancias de una pulmonía que amenaza con transportarlo al más allá. Una vez más, es Alexander, el hijo de aquel granjero, quien, indirectamente, con el mejor de sus descubrimientos, le salva la vida.
Se trataba, claro, de Sir Winston Churchill, Sir Alexander Fleming, y, obvio, la penicilina.
Cuéntase que un buen día un señor inglés, granjero él y de bajos recursos, encontrábase trabajando su tierra, cuando escucha a la distancia gritos pidiendo ayuda. Sale disparando y al llegar encuentra a un joven muchacho hundiéndose en un pantano. Con la ayuda de su hijo lo sacan del aprieto, salvándolo así de una muerte casi segura.
Alertado de la situación, llega al lugar el padre del joven en desgracia, que resulta ser un señor bien acaudalado, quién ofrece al granjero una recompensa en virtud de lo sucedido. Éste rehusa el dinero, pero propone que el señor acaudalado se haga cargo de la educación de su hijo, ya que él mismo no podría afrontar el gasto. El señor accede, y es así como un tiempo después el hijo del granjero se encuentra estudiando en una universidad de muy alto renombre, de la cual se recibe.
Muchos años después, Winston, el hijo del señor acaudalado, se encuentra en cama, a instancias de una pulmonía que amenaza con transportarlo al más allá. Una vez más, es Alexander, el hijo de aquel granjero, quien, indirectamente, con el mejor de sus descubrimientos, le salva la vida.
Se trataba, claro, de Sir Winston Churchill, Sir Alexander Fleming, y, obvio, la penicilina.
Sir Alexander Fleming (6 August 1881 – 11 March 1955)
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