Pegarle a NADIE.

Esto está circulando por mail según entiendo (a mí ya me llegó tres veces).



Publicado en la ed. impresa: Opinión Viernes 6 de abril de 2007
Nota Mex Urtizberea


El lector primario
Pegarle a un maestro


Lo sabe un chico de cuatro años, de salita celeste, que ni siquiera sabe hablar correctamente.
Lo sabe un chico de seis años, que ni siquiera sabe escribir.
Lo sabe un chico de doce años, que desconoce todas las materias que le deparará el secundario.
Lo sabe un adolescente de diecisiete años, aunque sea la edad de las confusiones, la edad en la que nada se sabe con certeza.
Lo saben sus padres.
Lo saben sus abuelos.
Lo sabe el tutor o encargado.
Lo saben los que no tienen estudios completos.
Lo sabe el repetidor.
Lo sabe el de mala conducta.
Lo sabe el que falta siempre.
Lo sabe el rateado.
Lo sabe el bochado.
Lo sabe hasta un analfabeto.
No se le pega a un maestro.
No se le puede pegar a un maestro.
A los maestros no se les pega.

Lo sabe un chico de cuatro años, de seis, de doce, de diecisiete, lo saben los repetidores, los de mala conducta, los analfabetos, los bochados, sus padres, sus abuelos, cualquiera lo sabe, pero no lo saben algunos gobernadores.

Son unos burros.
No saben lo más primario.
Lo que saben es matar a un maestro.
Lo que saben es tirarles granadas de gas lacrimógeno.
Lo que saben es golpearlos con un palo.
Lo que saben es dispararles balas de goma.
A los maestros.
A maestros.

Lo que no saben es que se puede discutir con un maestro.
Lo que no saben es que se puede estar en desacuerdo con lo que el maestro dice o hace.
Lo que no saben es que un maestro puede tener razón o no tenerla.
Pero no se le puede pegar a un maestro.
No se le pega a un maestro.
A los maestros no se les pega.
Y no lo saben porque son unos burros.
Y si no lo saben que lo aprendan.
Y si les cuesta aprenderlo que lo aprendan igual.
Y si no lo quieren aprender por las buenas, que lo aprendan por las malas.

Que se vuelvan a sus casas y escriban mil veces en sus cuadernos lo que todo el mundo sabe menos ellos, que lo repitan como loros hasta que se les grabe, se les fije en la cabeza, lo reciten de memoria y no se lo olviden por el resto de su vida; ellos y los que los sucedan, ellos y los demás gobernadores, los de ahora, los del año próximo y los sucesores de los sucesores, que aprendan lo que saben los chicos de cuatro años, de seis, de doce, los adolescentes de diecisiete, los rateados, los bochados, los analfabetos, los repetidores, los padres, los abuelos, los tutores o
encargados, con o sin estudios completos:

Que no se le pega a un maestro.
No se le puede pegar a un maestro.
No debo pegarle a un maestro.
A los maestros no se les pega.

Sepan, conozcan, interpreten, subrayen, comprendan, resalten, razonen, interioricen, incorporen, adquieran, retengan este concepto, aunque les cueste porque siempre están distraídos, presten atención y métanselo en la cabeza: los maestros son sagrados.

Por Mex Urtizberea
Para LA NACION



Todos estamos en contra de lo que le pasó a Fuentealba. Yo, hablaré por mí, estoy en contra.
Yo estoy en contra de estas y todas las demás violencias.

Y estoy seguro que la intención de este y otros mensajes similares que pueden circular por ahí es buena, péro a veces, sea por descuido, demagogia, exageración o papismo extremo, perdemos un poquito el Norte.

Los gobernantes son unos burros, es claro, a los maestros no se les pega, obvio, etc.
Pero nada de "aprender por las malas", por favor, ya tuvimos de eso.


El texto está bueno, pero tal vez, para mi gusto, mi humilde opinión, hubiera sido mejor remplazar la palabra maestro por persona, o cualquier otra por el estilo: no se le pega a nadie. PEGARLE A NADIE. Y que lo lean todos, entonces sí: los gobernantes, los polícias, los de Quebracho, y todo el mundo. PEGARLE A NADIE.


Y una pequeñez más: los maestros no son sagrados, son personas; ese concepto iluminista que instrumentó Sarmiento ya se sabe cómo no fue muy útil. Los maestros son personas, que valen tanto como todos los demás, pensémoslo así, y entonces tal vez hagamos circular un mail como este cada vez que le peguen a cualquier persona, no sólo a un maestro.

7 opiniones :

gerund dijo...

Leí el texto en el flog de Solcis. Mex me cae bien y se nota que es bien intencionado. Pero, la verdad, no ude terminar la primera leída. Algo me pareció flojo y facilista, además de que tenía alguna que otra falla en la redacción. O tal vez no, tal vez fue que era flojo. Flojo porque con toda su buena intención, que no quiero desmerecer, se quedaba en algo básico. Como -ya que hablamos de maestros- esos profesores que ponen en penitencia sin preguntarse el porquè de las acciones de sus alumnos.

Supongo que estamos un poco cansados del análisis en este país. Es que son tantas las cosas que pasan y tan pocas las explicaciones, y aùn menos las soluciones. Entonces caemos en la mera queja, siempre útil para descargarnos. Pero que poco aporta.

Es cierto. No hay que pegarle a nadie, y el motivo es el mero hecho de ser, no cual fuere su profesión, su título, su loquesea. Pero pareciera que nadie notó eso en este texto, salvo Ud. Todos se quedaron con la emotiva descarga para apaciguar su dolor, su ira. Lo cual, tal vez... seguramente... no esté mal.

Pero es un poco poco, ¿no? Un poco la salida fácil.

Quisiera seguir, pero el laburo me persigue, y la fiebre me hace sentir que, como siempre, soy poco clara en lo que expreso.

Le saludo y le felicito por el análisis.

Cassandra Cross dijo...

S., leí con atención el texto de Mex y su análisis posterior. Concuerdo con usted. Hay algunas flojeces en el texto original, posiblemente en algún afán pedagógico moralizante, pero los comentarios le dejan el sentido en su punto justo.

Saludos.

silvia camerotto dijo...

coincido: también pensé en el lugar común y en la violencia que engendra más violencia. pero, por motivos que no puedo razonar, lo publiqué. generalización? cholulismo?
escapé a mi responsabilidad. me hago cargo. todo texto tiene un mensaje en su segunda lectura.
sibila, a veces, es arrebatada e inconveniente.
un saludo, subjuntivo. bienvenido a de sibilas, cuando quiera.

Subjuntivo dijo...

Gracias.


S.

Vontrier dijo...

Vamos por partes como Jack:

A mi lo de Mex me molesta un poco. A lo mejor por inocentón como dicen las chicas, por "politicamente correcto" (no me olvido que Mex trabaja en el canal que ahora regentea la troupe de K y que K en su epoca de gobernador, reprimía y bastante) o porque creo que no se puede hablar así esta vez, que este lamentable suceso merece una voz adulta, una condena enérgica si se quiere.
Es cierto lo que usted dice: ha muerto una persona.Pero no es casual que justamente esa persona haya sido un docente. Me parece que es una marca de otra cosa, aunque como sabemos, no fue algo premeditado: no apuntaron contra ese docente, sino que apuntaron contra cualquiera y al que le daban, le daban. Pero esto no es un dato menor. No es una casualidad que un policía haya asesinado a un maestro. Podrán decir que soy loca, que veo conspiraciones, pero hay un mensaje que subyace de esto: hay que reprimir las protestas, sean del tenor que sean, hay que pegarle a alguno, hay que asesinar a los que educan (esto es una exageración, lo sé. Pero también es exagerado que alguien muera en una manifestación que es un derecho de todos los ciudadanos)
Que todas las muertes son iguales de injustas, estamos de acuerdo. Toda la gente que muere, cada día, suma injusticias y sin embargo, algunas muertes son puntos de inflexión.
Y yo no creo que sea necesaria la muerte para tomar conciencia, pero vivimos en este país. Y, a veces, para vivir en este país que está repleto de muertes injustas (es bastante llamativo que de los 30000 que desaparecieron durante el genocidio argentino, una gran parte hayan sido estudiantes y docentes), es lamentablemente necesario que alguien muera para que llame la atención.
No lo justifico. No lo defiendo. No me gusta que sea así.
Y vamos mal. Vamos mal si se asesina al que educa, al que cura y al que ayuda. Retrocedemos. Como retrocedemos cada vez que se muere un pibe de la calle o un viejo que duerme en la calle.
Estamos de acuerdo en esencia, Subjuntivo. No existe motivo, razón y o u circunstancia que exija un asesinato. No hay más lugar para la violencia. Y de alguna manera, esto tiene que parar.

Le dejo un saludo.
V.

PD: Lamento la longitud del comentario. Pero mi poder de síntesis está de huelga últimamente.

Subjuntivo dijo...

Estamos de acuerdo, absolutamente.

Aunque me cuesta ver esto como premeditado o especial. Y si querés saber la verdad, seguro que la orden de reprimir bajó, pero la de matar no. Eso fue algo personal, obra solamente de un enfermo de mierda. O eso creo yo.



La síntesis está mal vista por aquí, así que no se preocupe!


Saludos,
S.

gerund dijo...

que bueno que estemos de acuerdo, y que no le haya molestado lo extenso de mis palabras.

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