Britney Spears

Britney Spears

"Y qué hace este demente escribiendo sobre Britney? Ah, ya sé, le va a dar palo,, porque es un estúpida, y esto y aquello."
Y no.
Y si esperaban sólo eso, dejen de leer.


Por error, por vagancia, porque sí, quedó sobre la mesa el diario del sábado, diario qué nunca compro y que, si compro, tiro sin leer, pues sólo me interesan una o dos secciones bien específicas. Por error, porque sí, por comodidad, por aburrimiento, también, acepté el diario gratuito el pasado jueves en el subte. Por error, o por casualidad, o por lo que sea.

Ambos diarios ofrecían noticias sobre Britney Spears, y por algún motivo, la noticia trascendió alguna frontera y me hizo pensar. Y bien saben quienes me conocen que yo, de Britney, nada, y que nada más alejada de mí que su música, estética, onda, etc. Y sin embargo...

Todo el asunto parece ser, le cuento al que no sepa, que Britney se rapó, se alejó de la música, se “ocupa” de sus hijos, y se internó en un centro de rehabilitación por su adicción a las drogas y el alcohol (debo reconocer que no me tomé el trabajo de averiguar todos los pormenores del asunto). Y entonces, todos los buitres que, ya sabemos que existen y cómo operan, salieron a hacer leña del árbol caído, salieron a regodearse en su miseria. No, la de ellos no, la ella. Claro, joven, rapada, y drogadicta...

Y entonces su rapada, su internación, sus paragüazos a los paparazzis, sus loquesea, llenaron diarios y portales, platos y mesas, y más de uno comió caliente porque cumplió con la nota para el diario o la tele. Y mientras tanto, Britney es alcohólica, drogadicta, tiene dos hijos, una vida, un intento de suicidio... Y vende. Sólo que ahora no vende para ella, no son sus discos o entrevistas los que venden, sino sus males, y van a engreosar las arcas de algunos otros, que a falta de vida, buscan otra sobre la que escribir, comentar, juzgar, etc. Y después de todo, y como casi todos, sufre; yo creo que sufre.

Britney tiene veinti... tres? dos? cuatro? Años. No sé, me da fiaca chequear, y después de todo, no me importa. Britney es una adolescente tardía a la que unos padres ambiciosos y/o ignorantes, unos cuantos crápulas, y un espíritu adolescente en busca de popularidad, le destruyeron la infancia. Y a sus diecitantos años, exponía su culo para que medio mundo, bien por encima de la mayoría de edad, se regodeara y calentara; cosa que, de no ser porque ella era famosa y todo estaba legitimado por los millones que dejan la tele y los negocios, hubiera tranquilamente sido calificado de perversión, sino estupro. Y esos mismos onanistas que se nutrieron de sus videos, comentan por lo bajo su vida personal, llena de adicciones, locuras, excentricidades, idioteces en una palabra. Y ahora que tuvo hijos y ya no muestra el culo, miran para otro lado. Y piensan que, tal vez, intentó suicidarse para lograr un poco más de fama.

Y puede que así sea, pero según yo lo veo, y me aventuro a decir que algún que otro psicólogo también, esa chica necesita ayuda, y no está haciendo más que pedirla. Quién se la da?


Quienes hayan entendido algo de todo esto, se darán cuenta que Britney Spears es sólo una excusa para desnudar algunos otros pensamientos, que si bien no muy complejos, son al menos más abarcativos.
Ahora los dejo, está por empezar Gran Hermano.