Por Tres Monedas

Para ejemplo de la estupidez que nos rodea, baste una muestra. O más de una.

En este caso vale la pena no sólo reparar en un grupo de imbéciles que pueden reírse de una estupidez durante tres minutos –estando al aire en una radio clase A– sino además en el grupo inmenso de gente que, del otro lado, disfruta de esto. Es decir que además de hacer un chiste  mersa, se quedan en él. Podía haber pasado, y listo, pero no, cuando uno no tiene nada en la cabeza, y por tanto nada para decir, se cuelga de alguna estupidez que encuentra, y listo.

Y que se entienda que no es de mojigato ni nada por el estilo, sino simplemente me molesta la estupidez, lo barato a falta de nada mejor, no por sincera elección.

 

Eso, y que después de todo, yo estudié para ser operador de radio porque me gusta la radio, porque la radio me significa mucho. Ver la radio, la mayor parte de la radio, convertida en esto, me da mucha pena y mucha bronca.

 

 

Acá tienen otro, la misma calaña:

 

 

 

Uno más…