Poco pan y mucho circo

La cuenta regresiva empezó hace ya rato, y todos debemos prepararnos para la ineludible invasión: en poco más de un mes comienza el mundial. Una vez más, como cada cuatro años, veremos al fútbol inmiscuirse en cada rincón de nuestras vidas, nos guste o no nos guste.

Y vale más que nos guste, porque si no seremos instantáneamente marginados, no ya por un grupo, no ya en un lugar, sino en cualquier lado en cualquier momento. El germen se expande rápido y no perdona, y en menos que canta un gallo se habrá propagado hasta el hartazgo. Hartazgo al que estarán sometidos todos aquellos que, inexplicablemente, no gusten del fútbol.

Es en este contexto, y arrastrada por esta ola, nos llega la noticia: los alumnos de las escuelas bonaerenses podrán ver los partidos del mundial de fútbol que dispute la Argentina.

No sorprende tanto la noticia como el grado de consenso que tiene la misma, o lo natural que resulta para la mayoría de nosotros, como si fuera traída por la fuerza de gravedad. Lo que parece ser de gravedad, en realidad, es el grado de deformación que pueden sufrir nuestras mentes con un simple rodar del balón. Mientras evaluaba esta noticia, se me ocurrió fantasear con otros titulares: "Las empresas dan asueto a sus empleados para que vean los partidos del mundial" o "Los médicos dejan de atender a sus pacientes para ver el mundial" o "Los soldados dejan de pelear para mirar el mundial". Por algún motivo, me parecieron todas imposibles.

"'Se debe permitir que también en la escuela pueda haber un momento de placer" nos informa el Gobernador. ¿Debo entender que no lo hay hasta ahora? ¿Debo entender que viene la FIFA y su gran maquinaria a salvarnos del ocio de estudiar? “Pero sólo los que juegue nuestra selección", aclaró. Porque, claro, había que aclararlo. "No es un pecado ver un partido de fútbol" nos informa. No creo que valga la pena enumerar todas aquellas cosas que, sin representar pecado alguno, y con un acertado criterio, no están permitidas en la escuela.

Parte de su justificación se basa, según sus dichos, en que son muchas veces los mismos padres quienes incitan a sus hijos a que falten al colegio cuando juega el equipo nacional. ¿Son este Gobernador y estos padres los mismos que izan banderas de moralismo cuando los maestros dejan sin clases a sus alumnos en reclamo de "mejoras" salariales? ¿Son los mismos que cada fin de año cuentan cuántas horas de clases se perdieron por los paros?

Que los chicos falten o no la escuela, en virtud de tal o cual acontecimiento es, en el mejor de los casos, decisión y responsabilidad de los padres. Del mismo modo debe quedar bajo su tutela mesurar como crean conveniente el grado de relevancia que estos sucesos tienen y lo que representan, tarea que seguramente se verá complicada por titulares que nos informan que tal jugador de tal equipo gana por día el equivalente a un departamento, pero que nada nos informan sobre sus capacidades intelectuales, o noticias que nos cuentan cuánta gente muere de hambre por día o cómo aumenta día a día el número de chicos que no pueden acceder a la educación formal.

Tal vez podamos deducir cómo han sido mesurados estos eventos sólo con ver que un partido de fútbol es un buen motivo para faltar al colegio, permitiendo que la escuela se rearme en virtud de eventos como este, que engrosan las arcas de más de un sponsor y sus estrellas y distraen las mentes de más de uno.

Somos nosotros quienes sacrificamos nuestro pan para alimentar este circo.

3 opiniones :

Subjuntivo dijo...

Bueno, gracias, como siempre, y como siempre, creo que no es para tanto, pero bueno, gracias de nuevo.

S.

donnie dijo...

Todavía no sé cómo es que caí acá. Tampoco sé por qué, después de tanto tiempo de inactividad (como posteador y lector), se me dio por leer más de la cuenta en este blog.

Otro al que no le gusta el Mundial. Todavía quedamos algunos, y eso me pone contento.

Alguna vez lo difundí, después me olvidé. Después recordé y se me fueron las ganas. Pero dejo el link, por las dudas:

http://video.google.com.au/videoplay?docid=3331669368854210052

Sobre el Mundial. Sobre quienes no lo miran. Falso documental, pero no tanto.

Sigo paseando por aquí; espero que no le moleste. Salút!

Subjuntivo dijo...

Donnie, pues muchas gracias!
Por pasar, y por el post.
Debo admitir que no terminé de ver el video, porque es muy largo para mis conexiones clandestinas desde la oficina.
Pero sé que un día triunfaremos!

Sea bienvenido acá siempre, y corra la voz: tal vez un día la alcance.


S.

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